Los exámenes y los niños



Ir al colegio mola. Juegas, lees, escribes … pero cuando la profesora dice aquello de:
-         El martes examen de Conocimiento
A mí me tiemblan hasta las pestañas.

Mi profesora es muy buena aunque cuando se pone de examen pasa de ser la profesora Loli a ser Doña Lola. Así que, cuando te da estas sorpresas de tener que responder preguntas, enlazar cuadros y explicar razonamientos, pués el colegio ya no mola tanto.

Recuerdo cuando era pequeño – y de eso hace ya millones de años porque ahora soy mayoro- cuando mi madre, que es muy lista porque lee mucho, me llevaba al colegio de guardar niños (sí hombre: ¡la guardería!). Aquellos tiempos eran felices. Ese sitio es maravilloso. Te enseñan a llorar a coro con otros bebés, a chupar los juguetes, a meterle tu comida en el ojo del compañero de mesa, a compartir mocos en los pañuelos de las profes, a gatear y limpiar los suelos … ains, ¡qué añoranza!

Ahora también soy feliz, pero de manera diferente, al estilo de los mayores: mucho tiempo sentado soñando con jugar un poco.

¡¡Llevo tres semanas de exámenes!! Mi profesora se ha transformado en Doña Dolores y tengo el cerebro a punto de estallar.
El sabio de mi abuelo creo que se equivoca cuando llora de emoción diciendo: “la infancia es la mejor época de la vida, no lo olvides Hugo” pero qué sabra él de lo que es ser escolar ahora en pleno siglo XXI, con los colegios modernos, llenos de ordenadores, de pizarras digitales, de tablets y sobretodo, con Doña Dolores. Ya no hay tizas, sino punteros, y en lugar de lapiceros hay bolígrafos que borran que sino guardas en un estuche con 3 o 4 pisos, no eres nadie en tu clase.

Pero volvamos al examen. Yo estudio, tú estudias, él estudia, nosotros estudiamos, vosotros estudiáis y ellos estudian. En mi casa se conjugan todas formas del verbo estudiar. Yo estudio (cuando me encuentro sólo delante del libro), “¡tú estudias! ¿o qué?” - me pregunta mi madre desde la cocina. “Él estudia o hace que estudia”– le dice a mi padre cuando llega a casa. Nosotros estudiamos, toooooooodo el fin de semana en familia y por turnos, ahora Conocimiento con mi padre y luego Matemáticas con mi madre, como si fuera una hamburguesa : vuelta y vuelta. “Vosotros estudiais mientras yo hago la comida”, dice mi madre. “Ellos estudian” le dice mi madre a mi abuelo al teléfono.

Examenes y niños


Y claro, después de estudiar y de tanto esfuerzo, llego al colegio. Entro en él lleno de energía y pletórico de emoción. Con todos mis conocimientos apretados como un embutido en el hemisferio izquierdo (que dice mi abuelo que es el de la sabiduría) y a punto de estallarme el hemisferio derecho por el optimismo y las ganas de sorprender a la profesora Loli con todo lo que he aprendido.



Y entonces, entro en clase .. y zas! A primera hora hay inglés y ¡no el examen!. Ups! Pués ya la hemos fastidiado, y para rematar, el examen será a tercera hora y ¡¡después del patio!! .

O-ooooooooooh .

Eso significa que, durante el recreo, mis dos hemisferios montarán una gran fiesta de números y datos a ritmo de juegos y saltos de tal manera que, cuando llegue a clase totalmente exhausto, tenga un enorme colacao mental y no me acuerde de casi nada.



En fin, llegados hasta aquí, hay que hacer lo que se pueda. Y esta noche soñar con que Doña Dolores tenga un buen día, y que lo APRENDIDO sea proporcional a lo ESTUDIADO  … porque me merezco un 10 (o un 9, por lo menos). 



Comentarios

  1. Claro que si Hugo, te mereces un 10 por explicarnos las cosas tal y como son jeje. Un abrazo enorme!

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    1. Gracias Jèssica, yo sé que tú como profesora lo agradeces, y si algún día quieres ser madre ... ni te cuento!
      Un beso grande

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  2. Visto desde este punto si que mereces un 10 pero bien grande ;) es estresante la vida del estudiante, ¿como se les ocurre poner un examen a tercera hora?? No tienen piedad ...jejeje.
    Un abrazo!!!

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    1. Es muuuy estresante. En la próxima reunión de consejo escolar mi madre propondrá exámenes a primera hora. Ya la tengo casi casi convencida de que presente por escrito la petición.
      Gracias por pasar, me encanta verte aquí.
      Muack!

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  3. Me ha encantado la conjugación del verbo estudiar que hacéis en tu casa ;)
    Ahora un poco más en serio, creo que el sistema educativo en nuestro país tiene que cambiar. Evaluar los aprendizajes no significa torturar a los niños con muchos exámenes, deberes y horas de estudio. No creo que sea una forma válida de aprendizaje, sólo de conseguir notas. En otros lugares de Europa ya han descubierto que hay otras formas de enseñanza que funcionan, pero aquí seguimos a años luz...
    Ánimo, Hugo, con esos exámenes. Besos!

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