Tengo que contaros un secreto de niños


En mi pueblo pasan cosas raras. En mi colegio también.

Ocurren en el mismo momento en que un grupo de madres se junta, agrupándose formando una circunferencia de piernas y envolviéndolas un ruidoso chismorreo en el que es imposible que alguien se filtre a espiarlas. Ahí, de repente, sucede: una de ellas suelta la frase misteriosa:

-         Tengo que contaros un secreto – , dice con sonrisa y mirada sospechosa

Se produce entonces “la reacción”. Como cuando hago pis fuera de la taza del váter y acto seguido me cae una colleja voladora que no puedo esquivar sin volver a ensuciar el azulejo … Esa reacción a la que es imposible escapar :  La Gran Pregunta de Madres a Madres: “¿Estás embarazada?”.
Y digo yo ¿porqué siempre la misma pregunta? ¿será que las otras madres no tienen otros secretos? Porque la mía, para empezar, tiene superpoderes que hacen que, mirándome fijamente a los ojos sepa si es verdad o mentira lo que le cuento, o que, me chille desde la cocina “Hugo, deja la maquinita y lávate las manos” … pero si no me ve!!. Esos superpoderes sí que son secretos de madre! Te ve a través de las paredes y a través de la piel, leyéndote el cerebro. Eso lo sé yo.

O ¿será que las madres también leen los embarazos?

Mi profesora de religión, dice que los hijos los trae Dios. Y seguro que ella sabe mucho de eso, porque tiene seis!! Ahora bien, teniendo en cuenta lo poco que van mis padres a misa, yo estoy aquí de puro milagro. Me imagino que será porque el día de su boda fueron a la iglesia, ¡que yo he visto las fotos!, y allí Dios decidió que nacería yo unos años después, sin prisas.
No creo que tengan más hijos … a no ser que el día de mi comunión cuente … pero seguro que ese día puntúa muy poco. Cachis! Por lo tanto, lo único que puedo esperar que llegue a casa es, como mucho, una mascota.

Secretos

Yo también tengo secretos. Uno gordo al año y otros pequeños de meses.
Los pequeños son cosas de chicos: que me crezca pelo “ahí”, que saque buenas notas, que no haya cole hoy, que me toque la lotería …
El grande se trata del deseo que pido el día de mi cumpleaños, y que, el sabio de mi abuelo dice, no debo contar a nadie para que así se cumpla. Todos los años pido el mismo, por si acaso y para que se cumpla, al menos, por insistente.

Pienso que tener un secreto es algo bonito y también un problema. Porque se te mete el secreto en el cerebro y tienes momentos en que parece que no te cabe dentro. Que va a escaparse por la boca, aunque la tengas cerrada con cremallera. Que va a estallarte la cabeza y que va a explotar en miles de letras que el aire llevará volando hasta el fin del mundo …, o a los pies de mi madre que, además de fastidiarme el secreto, me hará recogerlo todo mientras me da una colleja y me lee el cerebro, por si queda algo.

Así que para que eso no ocurra, pienso que lo mejor es escribir los secretos en un papel  y guardarlos en una carpeta titulada “Top Secret”, porque al final, amigo, todo se sabe.



Comentarios

  1. Los secretos... benditos secretos, o malditos.
    Muy buena entrada.
    Besos

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  2. Q bien q tus padres fueron a misa xq tu eres un milagro de los buenos!!!! Seguro q lo mejor q les ha ocurrido en la vida!!!!

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  3. Ojalá llegáramos a tan temprana edad a esa valiosa conclusión querido Hugo: "todo se sabe". El mundo sería mucho mejor si todos fuéramos conscientes de ello y decidiéramos portarnos un poco mejor.
    Un abrazo muy fuerte.

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