¡A trincheras niños! ¡Nos atacan los gérmenes!
Como
buen hijo que soy lo comparto todo con mis padres: mis sonrisas, mis juegos,
mis alegrías, mis toses y virus infames … Y es que aunque soy fuerte (delgado,
pero fuerte) hay algunos gémenes lo bastante potentes como para mermar mis
fuerzas durante algunos … ¿días? … no, unas horas. Da igual que mis padres
hayan cumplido a rajatabla las instrucciones del pediatra, los cuadros de vacunación
de las autoridades sanitarias o que saque matrícula de honor en cada analítica. Cuando las bacterias deciden apoderarse de mí, no hay nada que hacer, salvo
dejarse invadir por los estafilococos.
En
casa he oído que la versión apática de mi Yo, les gusta un poco, pero no creo
que sea cierto este rumor, porque en cuanto empieza a gotearme la nariz con un
líquido viscoso (pero comestible) y a esta fiesta de gérmenes se incorpora la
tos e incluso la fiebre, tengo que retirarme a boxes para descansar mientras
mis padres deciden qué hacer conmigo: urgencias o ambulatorio.
Aunque
yo creo que, de ser cierto lo que cuenta el sabio de mi abuelo, esa elección es
equivocada porque cuando él era pequeño y se ponía enfermo, con fiebres por
encima de los 40º, se avisaba al mismo tiempo al médico para el remedio y al
cura para la extrema unción.
Si
optamos por la primera opción del siglo XXI entras en urgencias, con tus
gérmenes a ritmo de hip-hop subiendo tu temperatura corporal y agitando tu
cerebro, pero lo único que recibes es una bronca descomunal del equipo médico por
entorpecer los mermados recursos sanitarios con un simple catarro. Así que, con
la música a otra parte, cambiamos el rumbo del viaje hacia la consulta del
pediatra del ambulatorio local.
El pediatra es, en mi caso, una señora muy amable, pero con unas manos heladas, que quiere que te desnudes para que te tumbes sobre una mesa de aluminio congelada, cubierta por papel pergamino. Después de esta tremenda prueba superada sólo por unos pocos enfermos verdaderos, empezará a manosearte el pecho y el estómago desnudo, antes de obsesionarse con los orificios ajenos. Que si ojos, nariz y boca. Y no hace ninguna gracia, aunque me permita sacarle la lengua con gran intensidad.
Cuando
crees que todo ha acabado y que tus partes nobles pueden empezar a taparse,
entonces llega otro miembro de "la banda" que vuelve a supervisarte, y antes de
que te des cuenta y de que tus sentidos se recuperen, ¡zas!, te sujeta y te hace el trabajo sucio: meterte
un palo hasta lo más profundo de la garganta, ahí donde te produzce una gran
arcada. Y ojo, hasta que no lo consigue no te saca el susodicho palo de la
boca, para luego guardarlo en un bote y seguramente mostrarlo a sus compañeros para
regocijarse por tan magnífico trofeo.
Y
aunque la mayoría de las prácticas de la pediatra son inofensivas, no hay que
bajar la guardia, noooo, porque
enseguida te dirá que quiere que vuelvas otro día … ¡ja-ja! ¡Eso lo decidiré
yo! porque ahora ya sé dónde guardan las agujas y las vacunas, y ahí sí que no
hay caramelo ni pegatina que premie mi valentía.
Sin
embargo, semejante sacrificio se compensa con la simple entrega de una receta
de medicamentos de la pediatra a mis padres, que rápidamente acuden a comprar a
la farmacia: Dalsy y Apiretal. Apiretal y Dalsy. Los grandes milagros de la
pediatría resumidos en dos tristes frascos. Uno de color naranja y otro de
color rosa … ¡acabáramos!
Y
el problema, amigos, no acaba aquí, porque mientras yo resucito con la primera
dosis de esos venenos sanitarios, mis padres, en cambio, tras contagiarse con
estos diminutos invasores, se arrastrarán durante una semana entera calmando su
agonía a base de ungüentos, ponches y medicamentos convencionales.
Así
que, amigo, si tu instinto de supervivencia es bueno, huye de los gérmenes
antes de que te okupen la familia.
Ingenioso y divertido como siempre.
ResponderEliminarEsos virus y esas manos frías de la doctora!! jaja
Besos
Gracias por seguirme, y sigue mi consejo: Apiretal y Dalsy en tu botiquín, y a tí los gémenes plin!
EliminarHola Yolanda!!! Nosotras también escribimos un blog familiar (en nuestro caso a 3 manos). Mis hijas de 17 y 9 años y yo (el de 5 aun no sabe, jejeje). Somos http://fabricadeideasedentxiki.blogspot.com.es/ y en Facebook https://www.facebook.com/edentxiki . Pero, a lo que voy: quería seguir tu blog y no encuentro como hacerlo!!!!!! Dame instrucciones. Un abrazo
ResponderEliminarHola Eden Txiki, bienvenida a la tribu. Tu blog es adorable y la creatividad con dos niños y una mujercita es inagotable, no hay más que ver la de cosas que haceis.
EliminarEn cuanto a la suscripción al blog, es tratando de solucionarlo y de daros a todos la oportunidad de recibir las novedades. Gracias por acercarte al mundo infantil de mi mano.
Qué tendrán los virus que los niños lo pasan tan mal... pero los padres aún peor. ¿Se harán fuertes en la invasión de nuestra prole, para salir al exterior y contagiar a los más débiles, los adultos?. Ainssss. Besos!.
ResponderEliminar