Mentiras y verdades de padres e hijos. Parte I
Tú qué piensas? Dime ¿todo el mundo miente?
Los niños no mentimos. Sólo cambiamos la realidad.
Los mayores tampoco mentís. A veces piadosamente modificais la realidad a vuestro antojo. Los niños no mentimos. Sólo cambiamos la realidad.
Pero ¿qué es una mentira? Pues una verdad con muchas patas y dentro de un envoltorio divertido. Una manera de evitar problemas dándole una vuelta especial a la realidad:
- Hugo ¿te he ha caído la leche en el sofá?
- Jolines mamá, no me das tiempo ni a inventarme una excusa
Las madres, ya lo he dicho en otras ocasiones, tienen un tercer ojo escondido en un cajón. En cuanto andas lejos te lo mandan como un dron para controlar tus movimientos y acciones. El chivato informa tan rápido que tu madre pregunta y juzga al mismo tiempo. Pero, ¿sabrá mi madre que acusar sin que esté presente mi abogado constituye una violación de los derechos humanos?. Es broma.
Los padres intentan convencerte de que la verdad es el rey de las virtudes de la buena gente, cuando en realidad no es más que un bufón de la situación. Porque LA SITUACIÓN tiene muchas realidades, y yo no tengo la culpa de que la mía no coincida, a veces, con la de mi madre:
- Hugo, ¿has acabado los deberes?
- Hugo ¿te has cepillado los dientes?
- Hugo ¿has preparado la mochila?
Y aunque le explique mis realidades, las suyas siempre están más llenas de justicia y de sinceridad que las mías. Así que no es de extrañar que con semejante interrogatorio, a veces opte por callar. Porque lo peor de todas sus preguntas es que preceden a un rato de castigo, así que “Mamá, si no respondo no te sorprendas, es tan sólo que no ando cerca. Ya me he escondido”.
Pero, ¿qué hay de lo que los padres llamáis predicar con el ejemplo? Antes de contestarme, padres que leéis estas entradas, deberíais poner en práctica el sencillo ejercicio de la sinceridad:
- Papi ¿te gustaría contarle a mami lo que piensas de verdad de su guiso de soja? O quizás quieras reconocer que no sabes poner la lavadora.
- Mami, tal vez ha llegado el momento de confesar que tu espectacular pisto no procede de una receta familiar, sino de un envase que escondes al fondo del armario después de comprarlo en el supermercado.
Demostrado. La mentira habita entre los padres, y es que hay días en que los niños nos quedamos ojipláticos cuando oímos frases como ésta en boca de nuestros progenitores:
- Anda cariño, cómete la cena, que ha venido un pajarito y le ha dicho que la coliflor estaba riquísima.
Ja! Quién se lo cree? Así que amigos, hoy quiero mandaros deberes a todos. Unos ejercicios en el hábito de decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Puede que al principio se os atasque la lengua: “Estooooooooooooooooo, sí he sido yo”. Sintáis humillación: “Ups, se me ha escapado”. Y también sonrojo : “Es que me he olvidado”. Pero cuanto más practiquéis, más fácil resultará.
Y si de una cosa estoy seguro, es de que vuestros hijos estarán orgullosos de vosotros.
Nos vemos en la segunda parte de Mentiras y verdades aquí. ¡Pasaremos lista!
¿Hugo que has hecho?,.. No he manchado nada. Esto nos pasa en casa cada dos por tres. Ellos saben que bajo una pregunta genérica hay una respuesta específica.
ResponderEliminarGenial Yolanda.
Gracias Pilar. Es que, como dice él, son realidades diferentes para una misma situación.
EliminarQué le vamos a hacer! Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿¿Guiso de soja?? Una mentirijilla piadosa nunca viene mal de vez en cuando no??? jajajaja. Un besazo guapa
ResponderEliminarOye, que me sale riquísimo, pero siempre se me pasa :(
EliminarLas mentiras piadosas deberían permitirse, verdad?
Gracias por pasarte Krika
Descubrí el blog la semana pasada. Me leí bastantes relatos de un tirón.
ResponderEliminarÉste blog me encanta!!!!!
Las mentirijillas tienen las patas muy cortas. Para mentir bien, además hay que ser buen actor. A mi hijo se le nota enseguida... jajaja.
Un abrazo!
Oh gracias es un honor tenerte aquí. Espero que la segunda parte de las mentiras para la próxima semana te gusten tanto.
EliminarY a mi hijo, igual que al tuyo, se le nota enseguida porque le sale una medio sonrisa de pillería, jajajaja
Jajaja! creo que a más de una le habrán pitado los oídos con el truco de la comida preparada. Este Hugo siempre tannnn... sincero!
ResponderEliminarUn beso para él y otro para su lista mamá.
Y que lo digas Dolors. Si es que en mi casa pasa con el pisto, y en la de mi madre con las salsas, jajaja, es genético.
EliminarUn abrazo guapa y mil gracias por seguir ahí.
¿Te has lavado los dientes? Para qué preguntaré si sé que no y la mentira está garantizada!! ¡Ayy, cuánto tenemos que aguantar estas madres y estos hijos!
ResponderEliminarPués Verónica no dejes de leer la segunda parte de las mentiras. Verás que en una o varias te sentirás reflejada.
EliminarUn beso.
jajaja me has matao con lo del pisto que sale del envase del armario!!jajaja
ResponderEliminarYo tengo que lidiar cada dia con una clase de pequeñajos que tienen mas picardia que otra cosa y que para librarse de la silla de pensar se inventan cada cosa...de donde sacaran eso!!!
un besito enorme
Es que el ingenio y la creatividad infantil no tiene frenos. Me encantaría verte por un agujerito lidiando con ellos.
EliminarUn abrazo
Jajajaja muuuuy buenoooooo. Es verdad, todos mentimos aunque sean mentirijillas sin importancia del día a día, como cuando Papidire me pregunta si las lentejas son de hoy (no come nada congelado) y yo le digo que si, ¡mentiraaaa! es de la última vez que hice, guardé un tupper para el día que no me apeteciese cocinar. Y ahí estamos, los padres, pidiendo que no mientan con un "no se lo digas a tu padre, madre, abuela...." Sería todo más sencillo si fuésemos sinceros con nosotros mismos y con el resto del mundo. Besos
ResponderEliminarSí las mentiras piadosas no hacen daño, y esa de las lentejas me suena a mí también en casa de mi suegra ... jajajaja.
EliminarMe identifico totalmente con lo que cuentas, incluso cuando inventas una excusa delante del crío y luego él te mira con cara de "mamá, te lo estás inventando".
Un abrazo guapa.
¡Vaya vaya! Muy buen consejo y reflexión. A mí me fastidiaban mucho las mentiras en las que pillaba a mis padres (y otros mayores) cuando era niña. Me voy a proponer decir la verdad siempre para dar ejemplo.
ResponderEliminar¡Saludos!
A ver si lo consigues Ana Mari, porque es realmente difícil .... Pásate este jueves por la segunda parte y luego comentamos en cuántas no nos sentimos reflejadas las madres.
EliminarUn beso.
Me encanta leerte, siempre consigues una sonrisa. Un beso y feliz fin de semana.
ResponderEliminarY a mí me encanta que te pases por aquí, y que te tomes tu tiempo para dejarnos un comentario.
EliminarUn abrazo
Me ha encantado la definición de mentira y he encontrado muy cómico lo del tercer ojo-dron. Como siempre hay diversión y sonrisas aseguradas con vuestros posts.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos!!!
Es que las madres tienen visión nocturna, delegaciones en drones .... son mucho las madres.
EliminarGracias por pasarte Mercè, y me encanta verte de nuevo.
Jajaja, Pues Hugo tiene toda la razón .... Me ha conquistado con ese dibujo tan creativo.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Uf, no puedes ni imaginarte lo mucho que me sorprenden a mí también sus dibujos libres sobre la entrada del blog (porque no son dirigidos por mí, ni nadie, son totalmente libres).
EliminarMe encanta verte de nuevo por aquí. Un abrazo
Muy bueno! Y cuánta razón! Las mentiras las hay de todas las formas y colores aunque parezcan inofensivas. Yo también voto por decir la verdad siempre. Bravo por Hugo!!!
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Núria, pero porqué será que la mentira piadosa sienta mejor? jajaja.
EliminarNos vemos en la segunda parte de Mentiras. Un beso.
Si, cierto, vivimos en una sociedad donde mentir a los niños es el pan nuestro de cada dia, y no hablo de duendes, hadas y papa noel, no, hablo de ; chupetes que se los llevan pajaritos, niños que se quedan "enanos" por no tomarse la última cucharada de puré, padres que salen a hurtadillas y sin despedirse para no afrontar el llanto del niño y un largo etcetera que debería avergonzarnos.
ResponderEliminarEn fin, el resultado es que recogemos lo que sembramos.
Bs
Jajaja, sí qué razón tienes. Algunas de esas cosas vienen en la segunda parte de "Mentiras" que publicaremos el jueves. No puedes perdértela porque eso de quedarse enanos no sale directametne pero sí, que las verduras te harán más fuerte, que los refrescos no alimentan y pican ....
EliminarMuy bueno! Jaja cuanta razon tienes! Muchas veces no nos damos cuenta de que nosotros mismos "maquillamos" la verdad y eso ellos lo pezcan al vuelo! Un besote!
ResponderEliminarY tanto que lo pillan al vuelo. Si es que son más avispados estos pequeños de lo que pensamos. Y lo malo es que a veces te miran diciendo "mami, eso que has dicho por teléfono no es verdad"
EliminarMuy buen artículo!!!
ResponderEliminar¿Qué seríamos sin las mentiras? Piadosas o malvadas, no sabemos vivir sin ellas. Al menos una se nos escapa todos los días aunque no queramos ¿no crees?
Un beso,
Manuela.