Niños en la cocina, hoy cocino yo

- No me protestes Hugo, no me protestes.
  Tirar la comida es pecado, y los niños tienen que comer lo que sus madres les cocinan.
- Jolines mami, pero es que no me gusta… debería ser pecado comerse esto. Y tú confesarte por cocinarlo.

Sí, amigos, mi madre cocina regular. Es preferible pasar hambre antes que probar alguna de sus creaciones. Ella piensa que hace recetas maravillosas y tan sólo a veces le sale algo rico, de casualidad. Yo tengo un truco: desayunar y merendar mucho para no caer en esa “tentación”.

Desde que empezaron en la tele los concursos de cocina infantiles me han entrado unas ganas tremendas de liarme el delantal a la cabeza. Veo cómo esos escolares se manejan entre los fogones, con más soltura que mi madre, y luego presentan unos platos de plastilina que deben de oler a maravillas para que el tal Pepe devore y relama el plato.

Así que el lunes con la cabeza bien alta y el pecho hinchado le dije a mi madre:
- Mami, hoy cocino yo.
- Hijo, no es posible, hoy comemos recalentado.

El martes con la mirada alzada volví a intentarlo:
- Mami, hoy puedo ayudarte con la cocina?
- Mejor otro día que hoy me pillas mal de tiempo.

El miércoles simplemente le dejé caer a mi madre:
- Mami hoy hacemos la comida juntos?

- Vale, Hugo, pero lo dices o lo haces? Porque tu padre lleva más de una década diciéndome que va a cocinar un plato maravilloso y aún no lo han probado estas papilas gustativas - dijo sacándome la lengua.

- Vamos a cocinar "espaguetis con atún y tomate", del de verdad no de kétchup.

Y allá vamos. Hoy cocino yo!

 

 

Primer paso: Voy al súper a comprar espaguetis normales -no esos que tiene mi madre integrales llenos de arenilla-, tomate frito en brick y una lata de atún grande.

Segundo paso: Ya en la cocina, con delantal en mano -"las chaquetillas son sólo para la tele, hijo"- escojo la olla más grande y la lleno de agua  -Mamiiiii ¿así llega de agua? - Mamiiii llevas la olla llena de agua del fregadero hasta el fogón grande de la cocina, es que pesa? - Mamiiiii, enciendes el fuego, por favor? (uso por fin la palabra mágica porque veo que empieza a poner esa expresión rara). Cuando hierve el agua, suelto (más bien tiro) los espaguetis dentro de la olla -Mamiiii, ¿llegará el paquete de 1 kilo para los tres?- Mamiiiiii, no caben!. Remuevo, miro el reloj. - Mamiiiii, eran cinco minutos? - Mamiiii ayúdame a coger la olla y escurrir el agua, porque ésto quema y pesa!!!.

Tercer paso:  - ¿Por qué dice abre fácil si hay que usar las tijeras para cortar el brick? Vierto todo el bote en una sartén - Mamiiii, me enciendes el fuego?. Ahora "sacudo" el atún sobre el tomate, pero antes - Mamiiii, me abres la lata?

Cuarto paso: Echo los espaguetis escurridos dentro de la sartén, pero no caben - Mamiiiii!!!!. Mezclo la pasta superviviente (la del suelo no me deja recuperarla) en la olla, con el tomate y el atún. Remuevo.

Último paso: -Tachán!!! Papi, he cocinado yo sólo!  - Este es mi niño!

Mi madre resopla ¿sabrán por qué amigos?. Menos mal que luego me besa y me dice "Estoy orgullosa de tí, mi pequeño cocinillas"