Prohibieron la pelota en el recreo y monté una empresa

Lunes por la mañana, somnoliento llego a la puerta del colegio empujado por mi madre. Al lado, otras decenas de padres y madres acompañan a sus hijos. En el folclore de bostezos, risas, sollozos y besos, de repente, suena el timbre. Me despido de tí con un rápido gesto y echo a correr.

¿Conoces esta escena?

Tú -como progenitor- me dejas allí, en el centro educativo, delegando mi formación durante ... 5, 6, 7 horas.

Pero, ¿te has parado a pensar en la formación social que adquiero en el colegio? No solo de conocimientos académicos viven mis neuronas. Yo quiero acción. Socializar, hacer amigos, crear vínculos, empatizar ... y para eso está el recreo.

¡Bendito recreo!

Ese momento escurridizo que tí te dura 30 minutos en el reloj, para mí son pequeños instantes de diversión y de juego. De desordenar las piernas y los brazos para dar libertad a la rigidez educativa.

Ratos de balón. Para chutar, para lanzar, para saltar, para esconder, para ... que lo secuestre la tutora como reprimenda a la clase. Sí. Así de dura es la vida infantil. Con un adulto siempre al acecho.

En ese momento en el que desapareció el balón, mis energías tenían que reconducirse y ¿hacia dónde? ¿qué camino podrían tomar? Pues el de la creatividad.

Nació entonces:

SEGUR PRO
(SEGURridad PROfesional)

 
Un negocio empresarial creado gracias a la experiencia de mi primera empresa -de la que te hablé aquí-. Elaboré una estructura jerárquica con aquellos compañeros que quisieron unirse. Distribuí los puestos laborales con discreción: empresario, jefes, instaladores, guardaespaldas y agentes secretos. Ofrecí sueldos generosos (entre los 5mil y los 12mil mensuales) y funciones pactadas con ellos. Planifiqué las actuaciones de promoción a otros niños y desarrollé los procedimientos de acción con éxito ... bastante limitado, confieso.

El resultado fue el dossier que hoy te muestro, que hice en el ordenador del colegio con imágenes de google sin ayuda de ningún adulto. Un proyecto que aún hoy sobrevive y que da trabajo en el recreo a un total de 10 trabajadores. Que dispone de una amplia flota de vehículos y que posee las más altas gamas de nuevas tecnologías.
 
Yo creo que con todo esto, ya me debería haber ganado la confianza de la tutora para que nos devuelva el balón, no crees? Y quién sabe? quizás este proyecto sirva para reflexionar sobre la creación de una asignatura que fomente el emprendimiento o por lo menos que estimule la creatividad contra la rigidez académica, no te parece? 


Consejo para padres: Valora el tiempo de recreo como un tiempo de crecimiento social y no olvides preguntarle a tu hijo cada día ¿cómo te ha ido en el recreo hoy?. Déjate sorprender.

Autor de los dibujos e inspirador del post: Hugo, un simpático crío de 10 años, atacado de deberes del colegio, con grandes dotes para el análisis irónico de la infancia. Te conquistará!